Sakae Sato, el hombre que lleva 10 años cuidando de las mascotas en Fukushima
Kato, de 57 años, tiene 41 gatos que viven con el junto a un perro callejero que adoptó, llamado Pochi. Deja comida para los gatos en un cobertizo que calienta con una estufa de parafina. Sin agua corriente, tiene que llenar las botellas en un manantial cercano.