Quienes somos dueños de una mascota, sabemos que, con el paso del tiempo, se vuelven parte de la dinámica familiar. Actividades como comer, dormir y ver la televisión siempre estarán acompañadas de nuestro fiel animal de compañía, situación que se ha visto incrementada desde el inicio de la pandemia por el nuevo coronavirus.
No obstante, la cercanía permanente que se generó en tiempo de Covid-19 entre dueños y mascotas podría resultar no tan saludable. Y es que algunos expertos aseguran que los perros y gatos estarían sufriendo de depresión al separarse de sus amos una vez que se instaure la nueva normalidad y se reabran las oficinas y demás espacios públicos.
Obsesión por compañía
Así como los límites personales y las dinámicas familiares cambiaron a raíz de los encierros a fin de evitar contagios, un considerable número de personas en todo el mundo decidieron buscar compañía desde casa, siendo una de las soluciones más recurridas el adoptar o comprar una mascota.
En un principio, ocupar parte de su tiempo en cuidar a uno de estos animales les sirvió a muchas personas como un alivio rápido contra el estrés pandémico. Sin embargo, con la llegada de las vacunas y la nueva normalidad, la relación desarrollada entre humano y mascota durante todo ese tiempo podría verse severamente afectada.
Una nueva distancia
Los animales domésticos son seres sumamente sensibles. Aunque muchas veces ellos no entiendan al cien por ciento la realidad como la percibimos los seres humanos, es verdad que llegan a establecer vínculos afectivos con quienes comparten espacio, comida y experiencias. Más aún en tiempos de tanta cercanía e intimidad, como los que ocurrieron a partir de las cuarentenas obligatorias que iniciaron hace poco más de un año.
En ese sentido, las mascotas se han acostumbrado a sentir cerca a su dueño, ya que, al estar todo el día en casa con ellos, suponen que esta dinámica se puede prolongar indefinidamente. Sin embargo, no es el caso. Por el contrario, éstos empezarán poco a poco a no verlos en casa y esta situación podría generar en las mascotas miedo, ansiedad y hasta depresión.
Según los expertos, una de las soluciones más viables es llevar a cabo el proceso de separación pospandémico progresivamente, al punto que los animales de compañía no sientan el impacto tan brusco.
Sin duda, el “regreso a la “vida normal” ciertamente generará rompimientos. ¿Qué tan saludables serán? No se sabe, los resultados se sabrán con el pasar del tiempo.