El más reciente de ellos tuvo lugar en un acuario de Carolina del Norte, Estados Unidos, donde la mantarraya “Charlotte” sorprendió a sus cuidadores luego de resultar embarazada a pesar de no entrar en contacto con un ejemplar del sexo opuesto desde hace ocho años.
A través de un comunicado, la ONG, dedicada a la investigación de los océanos, detalló que los hallazgos tuvieron lugar durante un par de expediciones a las montañas submarinas frente a la costa del Pacífico de Costa Rica.
Este suceso sin precedentes tuvo lugar el pasado 9 de julio de 2023; sin embargo, no fue hasta esta semana que un artículo publicado en la revista Enviromental Biology of Fishes lo reportó e hizo público.
Lo más alarmante de la situación, según expertos, es que varios de los especímenes capturados ya se encuentran al borde de la extinción. Por ello, urgen la necesidad de implementar nuevas y eficaces medidas antes de que sea demasiado tarde.
Mediante un artículo publicado en la revista Nature Communications, los autores de la Universidad de Tottori, en Japón, y del Centro de Estudios Avanzados de Blanes, en España, informaron el hallazgo de dos nuevas proteínas: hexaxilina y perisilina.
La última de ellas fue revelada en un estudio publicado por la revista Journal of Experimental Biology, y consiste en un séptimo sentido que ayuda a estos animales a cazar y encontrar potenciales presas.
A través de un artículo publicado en la revista ZooKeys, los científicos revelaron que el nombre del espécimen es Austropallene halanychi; cuenta con cuatro ojos de pigmentación oscura; y un abdomen pequeño e hinchado. Respecto a su boca, ésta se encuentra rodeada de una especie de corona de cerdas.
De acuerdo con investigadores del Instituto de Investigación de Cetáceos Pelagos, encargados del hallazgo, esta característica no representa ninguna dificultad para el nado del delfín, pues éste fue visto saltando y jugando junto a otros ejemplares.
La prueba más reciente llegó por parte de un equipo internacional de investigadores, que desde hace meses se dedicó a estudiar una especie de pez conocida como Giganctis, la cual tiene entre sus peculiaridades el hábito de pasar casi toda su vida nadando boca abajo.
Y es que las formas de vida que habitan en estas regiones resultan verdaderamente únicas, a tal punto que no se asemejan en casi nada a los organismos ya conocidos; por ejemplo, los tiburones blancos.
