La ciudad de México está integrada jurídicamente por 16 alcaldías distribuidas a lo largo y ancho de su territorio; sin embargo, gran parte de ese territorio perteneció alguna vez al Estado de México hace ya casi dos siglos. Tlalpan, actual alcaldía capitalina ubicada en el sur de la ciudad de México, fue parte de la entidad mexiquense y capital estatal.
San Agustín de las Cuevas, como era conocido Tlalpan en el siglo XIX, era una localidad de esparcimiento y ocio para la clase adinerada mexicana. Ahí gente de la élite se reunía para disfrutar sus fines de semana llenos de ocio, diversión, peleas de gallos, bailes, juegos de azar, y muchas otras festividades. Además, era un punto comercial muy importante debido a su cercanía con el centro de la capital.
Todo comenzó en 1824. Con la llegada de la nueva constitución federal se marcó una nueva división política del país, las anteriores intendencias se convirtieron en estados autónomos con límites territoriales bien definidos. De esta forma la nación quedo integrada por 19 estados de la república y cinco territorios, la entidad mexiquense formaba parte de esa segmentación.
El nuevo estado debería tener una capital sede de los tres poderes de la unión. La ciudad de México tuvo este primer honor, pero fue segregada del Estado de México en 1824. Luego de intensos debates, los diputados mexiquenses se dieron a la tarea de nombrar una nueva capital, honor que le fue concedido a Texcoco en 1827. Sin embargo, el gobierno estatal encabezado por Lorenzo de Zavala consideró que Texcoco no reunía las condiciones necesarias para ser una capital, por lo que se buscó una nueve sede de los poderes supremos.
La tarea no era fácil, el congreso mexiquense puso restricciones para nombrar a una nueva ciudad capital, ya que la constitución establecía que el proceso debía iniciar mínimo en 1830 y concluir en la legislatura de 1831. Pese a eso, el Congreso estatal hizo sus labores parar trasladar los supremos poderes a una localidad más apta. Finalmente, el 28 de abril de 1828, el Congreso dispuso que los supremos poderes se trasladaran al pueblo de San Agustín de las Cuevas.
Hechos los preparativos, el Congreso elevó a categoría de ciudad a San Agustín de las Cuevas. La ciudad fue durante tres años capital de nuestro estado, y en ese lapso fue testigo de varios acontecimientos que marcaron la historia mexiquense: se creó la Casa de la Moneda estatal, se estableció una imprenta y una fábrica de puros, se abrió el Instituto Literario del Estado y retomó su nombre náhuatl de Tlalpan.
Sin embargo, hacia finales de 1829, las pugnas entre grupos centralistas y federalistas estaban a flor de piel. Al ser destituido Vicente Guerrero, el gobernador Lorenzo de Zavala tuvo que huir de Tlalpan ya que era partidario de éste, ante el vacío de poder, Melchor Múzquiz fue restituido en su cargo de gobernador estatal.
Aunque próspera y rentable, Tlalpan era una fuente inagotable de conflictos políticos dada su cercanía con la ciudad de México, por ende, Múzquiz resolvió trasladar los supremos poderes a Toluca, ciudad que es actualmente la capital estatal. La capital de Toluca ofrecía una céntrica ubicación y a su vez una considerable lejanía con la ciudad de México, lo que mantenía a los diputados mexiquenses al margen de las pugnas por el poder federal.
Hoy en día, Toluca continúa siendo la capital estatal y es testigo de la historia que ha tenido nuestra entidad, pero queda la historia de Tlalpan, presente en las luchas mexiquenses por el poder y parte fundamental en la historia de nuestro Estado.
Por Juan Manuel Pedraza
(El Prof. Juanito).
Para Saber más.
Baranda M. & García L. (1987) Estado de México, una historia compartida. México, Gobierno del Estado de México-Instituto de Investigaciones José María Luis Mora.
Hernández G. (2010) Historia de la Delegación Tlalpan, México, INAH.
Herrejón C & Jarquín M. (2002), Breve Historia del Estado de México, México. F.C.E.