Hallan en Bolivia una nueva especie de pez que ¡sobrevive fuera del agua!
Descubierto por el investigador Heinz Arno Drawert, el ejemplar recibió el nombre científico de Moema juanderibaensis y forma parte de la familia Rivulidae.
Descubierto por el investigador Heinz Arno Drawert, el ejemplar recibió el nombre científico de Moema juanderibaensis y forma parte de la familia Rivulidae.
Rescatistas marinos, personal de la guardia costera y policías acudieron a la playa Traigh Mhor en la Isla de Lewis, en el noroeste de Escocia, después de recibir reportes de que docenas de cetáceos estaban en dificultades allí la madrugada del domingo.
Y es que en Steamer Lane, ubicado a lo largo de las costas de Santa Cruz y donde se juntan los mejores surfistas locales, este ejemplar ha ganado gran fama por su comportamiento desafiante.
Por medio de un comunicado oficial, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) señaló que este esfuerzo, realizado a través del Grupo Intergubernamental en el Alto Golfo de California (GIS), también impulsará acuerdos productivos que beneficien a las comunidades de esta región.
Según indicó el fallo de la Sala Constitucional I, las especies que ingresan a la lista en peligro de extinción son Sphyrna lewini, Sphyrna mokarran y Sphyrna zygaena.
De acuerdo con el investigador puertorriqueño Jorge Vélez Juarbe, el descubrimiento de esta especie de cetáceo primitivo ayudará a la ciencia para comprender la historia temprana y la diversificación de los delfines, marsopas y por supuesto, otras ballenas dentadas modernas.
Y es que miles de peces aparecieron muertos, mientras que algunos otros saltaban en busca de un poco de oxígeno, esto ante la mirada de bañistas y habitantes locales, quienes no pudieron hacer nada para salvarlos.
“Los avistamientos incluyeron 1 o 2 crías, y hubo un 76% de probabilidades de que el número total de ejemplares avistados, incluidos los bebés, estuvieran entre 10 y 13”, señala un reporte emitido por la ONG Sea Shepherd.
Entre los arrecifes de coral resulta común encontrar pulpos acomodados con los ojos cerrados, respirando tranquilamente durante su merecido descanso e incluso, según su estado de ánimo, cambiando de color. Esta situación llevó a un equipo de científicos de Brasil a plantearse que, tal vez, podrían estar soñando.