Mientras más investigamos sobre la naturaleza, mayores son las sorpresas con las que damos.
La prueba más reciente llegó por parte de un equipo internacional de investigadores, que desde hace meses se dedicó a estudiar una especie de pez conocida como Giganctis, la cual tiene entre sus peculiaridades el hábito de pasar casi toda su vida nadando boca abajo.
Según reportan los científicos, este animal, de aspecto llamativo, suele moverse a profundidades que están cerca de los 3 kilómetros. Además, cuenta con un señuelo bioluminiscente, que brota del centro de su cara.
Respecto a su característica principal de nadar boca abajo, un artículo publicado en la revista Journal of Fish Biology explica que dicha capacidad ya se había observado en el mismo especímen desde la década de los años 90´s; sin embargo, en aquella ocasión se creía que era un comportamiento aislado, pero hoy día está demostrado que varios ejemplares Giganctis replican la misma acción por tiempos indefinidos.
¿La razón? De acuerdo con los hallazgos del grupo, este comportamiento se da, sobretodo, cuando los peces llegan al fondo del mar. Resulta que los señuelos, al ser tan largos, son más útiles cuando el animal se voltea y así puede usar esta parte de su cuerpo para buscar potenciales presas entre las plantas marinas.
Entonces, la inusual posición para el desplazamiento podría ser muy beneficiosa al momento de capturar alimento a través del lecho de los océanos.