Las cabezas de la mayoría de los animales son fácilmente identificables; sin embargo, hasta hace poco los científicos no podían decir lo mismo sobre las estrellas de mar.
Como sabemos, una estrella de mar tiene cinco brazos idénticos con una capa de “pies tubulares” debajo, la cual ayuda a esta criatura marina a desplazarse por el fondo marino. Precisamente, lo anterior ha llevado a los expertos a preguntarse si dichos ejemplares cuentan con extremos delanteros y traseros definidos, así como una cabeza.
No obstante, una nueva investigación acaba de sorprender a toda la comunidad, sugiriendo lo contrario, revelando que las estrellas de mar son, en realidad, cabezas que carecen de torsos y/o colas, partes que, probablemente, perdieron durante su proceso de evolución.
A través de un artículo publicado en la revista Nature, los autores afirman que los extraños fósiles de los antepasados de las estrellas de mar, que parecían incluir una especie de torso, tienen mucho más sentido en términos evolutivos.
“Es como si a la estrella de mar le faltara por completo el tronco y se describiera mejor como una simple cabeza arrastrándose por el fondo marino”, declaró al respecto Laurent Formery, autora principal del estudio.
“Nuestros hallazgos podrían ayudar a responder algunas de las principales preguntas que quedan sobre los equinodermos, incluida su ascendencia compartida con nosotros los seres humanos y otros animales que no se parecen nada a ellos”, agregó.
Para llegar a esta impactante conclusión, el equipo recurrió a la tomografía micro computarizada, un nuevo método de secuenciación genética para obtener una visión tridimensional jamás antes vista de la forma y estructura de las estrellas de mar. Luego, detectando dónde se expresaban los genes dentro del tejido y localizando secuencias específicas de ARN al interior de las células, crearon un mapa 3D, determinando aquellos genes que controlan el desarrollo del ectodermo del individuo, tomando en cuenta la piel y el sistema nervioso.
“Se detectaron firmas genéticas asociadas al desarrollo de la cabeza en todas las estrellas de mar, especialmente concentradas al centro del cuerpo y en el centro de cada extremidad. Sin embargo, la expresión genética de las secciones del torso y la cola estaba ausente en gran medida, lo que revela que estos animales presentan el ejemplo más dramático de desacoplamiento de las regiones de la cabeza y el tronco que conocemos hoy día”, señaló Formery.