Aun cuando muchos de los atributos naturales que el Estado de México tenía hasta las primeras décadas del siglo pasado han ido mermando debido al crecimiento de las áreas urbanas y a la afectación del entorno natural, hoy todavía es posible afirmar que en su territorio, privilegiado en cultivos y en áreas naturales, se conservan tradiciones de la gastronomía en las que son evidentes los rasgos del mundo antiguo.
Para muchos resultará sorpresivo saber que el Estado de México es uno de los primeros productores agrícolas de nuestro país, destacando el cultivo de maíz y frijol; y por si fuera poco, las tierras del estado también producen diversos cereales, así como abundancia de frutas y legumbres.
Los principales bocados gastronómicos tienen su base en el maíz y en el frijol: una enorme variedad de tamales preparados en la que participan el garbanzo, las habas, el carnero, el pollo, la barbacoa y el conejo forman su rico menú. Los frijoles, los insustituibles, cocinados con epazote, se acompañan también con queso y longaniza.
Durante la temporada de lluvias, de mayo a octubre, la humedad propicia el crecimiento de hongos comestibles, como clavitos, manitas, morillas y yemitas, entre otros, por lo que en esas fechas es posible disfrutar de numerosos platillos preparados con ese ingrediente.
Presentar en este breve texto todas las bondades de la comida mexiquense sería prácticamente imposible. Quienes han visitado el Estado de México saben de sus secretos y suelen ir a San Martín de las Pirámides, Acolman y Malinalco por sus tacos placeros; a Villa Guerrero a disfrutar del pepeto; a la Marquesa a comerse un rico conejo adobado; a Tenancingo por unos tacos de obispo con salsa verde bien picosa; a Ocoyoacac por unas tortitas de haba; a Toluca por una torta toluqueña, por citar algunos, o en busca de las más diversos y variados platillos, entre los que destacan la pancita, la barbacoa, los guisos con carne de puerco, los tamales de charal, las truchas y las mojarras. También en temporada pueden saborearse los acociles, los chapulines y los escamoles, además de los sabrosísimos gusanos de maguey.
Frutas, cereales como el maíz y el frijol, bebidas como el mosco, dulces y postres culminan un menú imprescindible que podría ser considerado el más rico de toda la República, y que además sigue formando parte de la dieta cotidiana de sus habitantes.
Una de las bebidas tradicionales del Estado de México es el “mosco” o “mosquito”, licor muy dulce hecho a base de frutas, en especial de naranja. ¡Tómelo con cuidado!, es engañoso.