Cristina Martínez dejó todo en México; atravesó el desierto de Arizona para abandonar una vida difícil, de acoso, violencia doméstica, peligro de muerte… pero también a sus cuatro hijos.
Al cruzar la frontera, también lo hizo con ella la receta secreta de la mejor barbacoa de su pueblo, Capulhuac, Estado de México, que por cinco generaciones ha guardado religiosamente la familia Martínez. Su barbacoa ha conquistado Filadelfia y todo Estados Unidos.
Cristina aprendió el arte de hacer barbacoa de hoyo en su pueblo. Su padre era conocido como el “rey de la barbacoa”. Al llegar a Estados Unidos, desesperada por su calidad de inmigrante ilegal, vendió quesadillas a un dólar en las calles, hasta que un día decidió hacer barbacoa clandestinamente en su casa. La noticia corrió como pólvora y, junto con su esposo Benjamín, abrió South Philly Barbacoa en 2014, primero vendiendo en un “carrito”, y después en un local en el popular barrio Italian Market.
En este sencillo restaurante, la chef apapacha el corazón de miles de mexicanos, y los regresa, aunque sea por unos minutos, a su hogar gracias a un caldo calientito y tacos de barbacoa servidos en tortillas de auténtico maíz mexicano recién hechas.
La vida de Cristina como la chef indocumentada que estaba “rompiendo” Filadelfia con su barbacoa, salió a la luz cuando, en 2016, su restaurante South Philly Barbacoa fue ubicado dentro de la lista de los 10 mejores nuevos restaurantes de Estados Unidos por la revista Bon Appétit.
Su historia de supervivencia y lucha por los derechos de los inmigrantes fue dada a conocer en uno de los documentales que integran la quinta temporada de la serie Chef’s Table, de la popular plataforma de streaming Netflix.