Recientemente, un equipo internacional de investigadores descubrió el fascinante mecanismo fisiológico detrás del canto con el que las ballenas barbadas (Mysticeti) se comunican bajo el agua.
En un artículo publicado por la revista Nature, los autores aseguraron que la clave de lo anterior se encuentra en la laringe, pues mientras las ballenas dentadas desarrollaron un órgano vocal nasal, las barbadas utilizan dicha área de la garganta para producir sonidos.
“A diferencia de las cuerdas vocales típicas de otros mamíferos, el pliegue en U de las ballenas está girado 90 grados en paralelo a la tráquea, y el espacio entre los brazos del mismo pliegue desemboca en una especie de saco faríngeo”, expone la investigación.
El aire, continúa, entra por las fosas nasales de las barbadas (espiráculos), llena las vías respiratorias y a continuación va a la faringe para producir el sonido con la vibración que se produce en esos pliegues con forma de U. El saco faríngeo, situado bajo esa zona, captura el aire, lo recicla y los devuelve al pulmón para su reutilización, al tiempo que evita la inhalación de agua. Es precisamente ese proceso el que permite el canto continuo de estos animales durante los largos periodos de contención de la respiración.
“El canto es la única forma que poseen las ballenas barbadas para encontrarse y comunicarse, pues la visibilidad bajo el agua supera los 30 metros de profundidad y estos animales poseen grandes dimensiones”, señala Coen Elemans, biólogo de la Universidad del Sur de Dinamarca.
“Aunque la finalidad exacta de estos sonidos todavía se desconoce, todo apunta a que hay llamadas al apareamiento, alerta de peligros o simplemente música, como la producida por los pájaros”, agregó.