Un equipo internacional de científicos liderado por el Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG), en España, recuperó fósiles de cromosomas antiguos en los restos de un mamut lanudo que murió hace aproximadamente 52 mil años, tras quedar atrapado en el permafrost siberiano.
La investigación, publicada en la revista Cell, tuvo una duración de 9 años y contó con el apoyo del Baylor College of Medicine (Estados Unidos) y la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
Para la coautora principal del artículo, Olga Dudchenko, éste supone un antes y un después en el estudio de los mamuts y sus habilidades de adaptación a las adversidades climáticas acontecidas en su tiempo.
Además, aseguró que la supervivencia de estos fragmentos de ADN antiguo durante decenas de milenios es “todo un misterio de la física”, ya que, como predijo Albert Einstein en 1905, no deberían de existir en circunstancias normales.
Sin embargo, Dudchenko y el resto del grupo creen que el permafrost (terreno permanentemente congelado) en el que se halló al ejemplar propició la creación de los cromosomas fáciles, mediante un proceso similar a la elaboración de carne seca.
Por tal motivo, al conservarse en un estado parecido a las moléculas del vidrio, la estructura del cromosoma quedó intacta hasta nuestros días.
“Con este tipo de información, no sólo sabremos qué genes tiene el mamut comparado con el elefante, sino cuáles han ayudado a la adaptación y nos puede explicar el por qué de su extinción”, señaló la especialista.