Desde el 1 de enero quedó prohibida la venta, la distribución y la entrega de popotes, tapas, vasos, platos y charolas, entre otros productos de plástico, aunque distintos negocios continúan haciendo uso de ellos.
La primera etapa de esta legislación entró en vigor el 1 de enero de 2020, con lo que se prohibió la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico a los consumidores.
La Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC) y la asociación Industriales de Bolsas Plásticas de México (INBOPLAST) enviaron una carta al Congreso de la Ciudad de México con la solicitud de prórroga.
La firma, con más de 179 años de historia, ha apostado en los últimos años por una producción sostenible, logrando hasta ahora que el 64% de las materias primas empleadas en sus colecciones se obtengan de una forma más sostenible.
Este nuevo material bautizado como PBTL es fabricado a partir de la unión de componentes químicos llamados tiolactonas bicíclicas.
El Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos es una de las ocho ANPs del país donde Greenpeace México y la UNAM documentaron la presencia de desechos plásticos, un material que puede tardar hasta 500 años en degradarse.
También debe considerar una mayor responsabilidad por parte de productores e importadores de plásticos en la disposición final de sus productos.
La exportación de residuos plásticos a estas regiones se debe a las restricciones que impuso China a la importación de este material, apunta la organización.
En los artículos transitorios del decreto, se indica que la Secretaría del Medio Ambiente deberá expedir una norma técnica estatal para la sustitución, uso y reciclaje de bolsas y popotes plásticos, en un plazo no mayor de seis meses tras su entrada en vigor.
La cadena de producción y comercialización revivió durante los días de confinamiento, con la venta masiva en tiendas de La Merced y Central de Abastos
