Las estadísticas dicen que anualmente, tiramos suficiente plástico para rodear el mundo 4 veces. Además, se ha demostrado que el 50% se tira después del primer uso.
Los estudios más recientes sugieren que el consumo de agua y alimentos en botellas y envases de plástico es extremadamente perjudicial para el medio ambiente y la salud, ya que contiene varios químicos dañinos que terminan siendo ingeridos.
Uno de los compuestos más dañinos es el bisfenol A o BPA. Se ha encontrado que la exposición a esta toxina durante el embarazo conduce a un bajo peso en recién nacidos.
Este producto químico se ha utilizado inicialmente en el proceso de fabricación de plásticos cotidianos como cascos, recipientes para alimentos, gafas, recibos de papel y el recubrimiento de latas metálicas y latas para alimentos. Debido a todo esto, al parecer, todas las personas lo contienen en algún nivel en la sangre.Por otra parte, se ha demostrado que esta sustancia tiene efectos desastrosos en el sistema endocrino, a través de la glándula tiroides. También conduce a la obesidad y afecta el comportamiento y el desarrollo del cerebro en los niños.
Debido a todo esto, la ciudad de San Francisco comenzó una revolución y se convirtió en la primer ciudad en prohibir la venta de botellas plásticas de agua. Este es el inicio de un movimiento global que reducirá la cantidad de residuos que se arrojan anualmente, debido a la industria de botellas de plástico de mil millones de dólares.
Esta propuesta fue fuertemente apoyada por la campaña Think Outside the Bottle, que fomenta las restricciones de los productos dañinos para el planeta.
Las multas por violar esta prohibición pueden ascender a $ 1,000 dólares. Por lo tanto, esto definitivamente estimulará a los ciudadanos a comprar una botella de vidrio o algún recipiente que se pueda reutilizar.
Joshua Arce, presidente de la Comisión de Medio Ambiente, declaró que esta prohibición es “otro paso adelante en nuestro objetivo de cero residuos. Tuvimos grandes eventos públicos durante décadas sin plástico y nos irá bien sin ellos”.
Anteriormente, San Francisco prohibió las bolsas de plástico y los contenedores de espuma plástica, por lo que este no es el primer intento de reducir la contaminación del plástico.