Las formaciones rocosas en el Himalaya no permiten vidas fáciles para los animales que habitan ahí. Y es que, en la cordillera más alta del mundo, el viento azota las laderas y el frío del norte de Asia recubre el ecosistema de nieve. Sin embargo, poco y nada le importó la temperatura a una nueva especie recientemente descubierta por un grupo de científicos locales: una ardilla voladora gigante.
Peluda, robusta y voladora, como otros roedores similares, este ejemplar del tamaño de un gato doméstico se alimenta de semillas y parece que le gusta hibernar. Pero a diferencia de otras ardillas en el mundo, ésta no disfruta de trepar las copas de los árboles locales, ya que son demasiado frágiles para aguantar la totalidad de su peso.
De acuerdo con Kristofer Helgen, científico en jefe y director del Instituto de Investigación del Museo Australiano, no fue un solo tipo el que se encontró, sino fueron dos especies diferentes: la ardilla voladora lanuda tibetana (Eupetaurus tibetensis) y la ardilla voladora lanuda de Yunan (Eupetaurus nivamons). La primera de ellas habita en donde la Indita, Bután y el Tíbet se unen; mientras que la segunda, vive en la provincia de Yunnan, al suroeste de China.
El reciente descubrimiento fue publicado en el Zoological Journal, una de las revistas científicas pertenecientes a Oxford. “El hecho de que hubiera dos animales relativamente grandes que no habían sido avistados ni registrados, muestra lo poco que la humanidad sabe sobre el mundo natural”, enfatiza John Koprowski, experto en ardillas de la prestigiosa universidad americana.
Según los expertos, el mayor logro de la investigación fue la hazaña de describir a las ardillas con gran detalle, ya que el hecho de que vivan a casi 5 mil metros sobre el nivel del mar imposibilita la investigación profunda de los equipos respecto a nuevas especies.
Finalmente, Helgen asegura que “esto es solo el comienzo. Ahora que las ardillas han sido nombradas, los demás científicos y yo podremos aprender más sobre cómo viven”.