Como resultado de una reclasificación histórica de jirafas, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reconoció de manera oficial la existencia de cuatro especies distintas del mamífero terrestre más alto del mundo.
A través de un comunicado, la organización internacional aseguró que este cambio rompe con la creencia popular de que todas las jirafas pertenecen a una única especie con varias subespecies, marcando así un hito para la conservación de estos animales endémicos del continente africano.
Respecto a la reclasificación, ésta fue realizada por el Grupo Especialista en Jirafas y Okapis de la Comisión de Supervivencia de Especies (GOSG) de la UICN, que se basó en un exhaustivo análisis tanto genético como morfológico y biogeográfico.
Tras un año de trabajo, los expertos involucrados concluyeron que las diferencias entre varias poblaciones de girafas son lo suficientemente significativas como para elevarlas al rango de especies separadas, reflejando historias evolutivas distintas.
De esta manera, la nueva clasificación establece oficialmente la existencia de cuatro especies principales: jirafa del norte (Giraffa camelopardalis); jirafa reticulada (Giraffa reticulata); jirafa masái (Giraffa tippelskirchi); y jirafa del sur (Giraffa giraffa).
Es importante mencionar que dentro de cada una también se reconocen diversas subespecies, tales como la jirafa nubia o la jirafa kordofán.