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Una nueva investigación de la Universidad de Auckland en conjunto con la Universidad James Cook, ambas de Australia, asegura que la capacidad de recepción de dióxido de carbono del océano está saliéndose de control, provocando que las especies marinas empiecen a padecer afectaciones a nivel físico.

En los últimos días, funcionarios de Burnsville en el estado de Minnessota han revelado las graves consecuencias de abandonar peces dorados y otras especies en ríos o retretes, debido a que éstos crecen muy rápido, se reproducen en gran cantidad y destruyen el entorno de las especies endémicas del lugar.

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