Desde el inicio de la cuarentena, ha sido casi imposible no modificar los hábitos alimenticios que teníamos. Permanecer en casa durante largos periodos de tiempo puede traer varios trastornos y cambios de humor como el estrés, la angustia, la ansiedad, entre otros.
En el caso de los niños, las clases en línea desde el hogar han sido la única alternativa para que continúen estudiando y aprendiendo, a pesar de la contingencia sanitaria. Sin embargo, aquí existe un mayor número de distractores que pueden afectar el rendimiento de los pequeños, como la televisión, juguetes y videojuegos.
La capacidad de concentración es determinante durante el proceso de aprendizaje de los niños. Por ello, a continuación te compartimos una lista de alimentos que, además de ayudarlos a aumentar su concentración, son fáciles de preparar.
Pescado. El pescado, en especial el azul, es una gran fuente de proteínas y minerales; el fósforo es uno de ellos y favorece las conexiones neuronales. Pero también poseen altas concentraciones de grasas, omega 3 y omega 6, que benefician al sistema nervioso.
Huevo. Este alimento también cuenta con una importante fuente de fósforo, que además, incluye dentro de su beneficiosa composición un total de 9 aminoácidos indispensables para el óptimo funcionamiento de nuestro cuerpo. Los huevos son también ricos en colina, otro nutriente fundamental para la memoria y la concentración.
Leche y derivados. Regulan las funciones nerviosas y proporcionan triptófano, que nos ayuda a producir serotonina, un neurotransmisor cerebral esencial. El yogurt, en especial, posee una alta proporción de un aminoácido llamado tirosina, que actúa de manera positiva en los procesos de concentración y buen funcionamiento de la memoria.
Frutos secos. Tanto sus vitaminas, como minerales y antioxidantes los convierten en alimentos perfectos para el funcionamiento neuronal.
Aceite de oliva y aguacate. Las grasas monoinsaturadas son de las más saludables que existen, y las podemos encontrar en el aceite de oliva y en el aguacate; estas ayudan enormemente a la circulación sanguínea dentro del cerebro, además de mejorar la comunicación entre neuronas y potenciar la memoria.
Frutas. No deben faltar en la dieta familiar, especialmente en la de los niños. Son ricas en fibra, suministran al organismo azúcares sencillos que sirven de nutrientes para el cerebro y contienen pocas calorías.