La estresante vida en las ciudades está afectando y modificando a los pájaros, en especial a la especie popularmente conocida como carboneros comunes (Parus major). Así lo dio a conocer un reciente estudio liderado por los investigadores Caroline Isaksson, de la Universidad de Lund (Suecia), y Pablo Salmón, trabajador del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.
La investigación realizada en nueve de las principales ciudades europeas (Malmö, Gotemburgo, Glasgow, Madrid, Barcelona, Múnich, París, Lisboa y Milán) muestra como un total de 192 carboneros tienen genes distintos en comparación a los que viven en el campo.
Dichos cambios se deben a factores propios de las grandes urbes, tales como el ruido, contaminación, luz nocturna artifical y frecuente contacto humano.
“La ciudad favorece a los individuos más proactivos, más valientes, más exploradores o más agresivos…los pájaros de ciudad tienen a perder el miedo, ya que éste no les ayuda a la hora de encontrar nuevos recursos, mientras que las aves de campo están acostumbradas a sólo escapar de sus depredadores”, explicó Joan Carles Senar, ornitólogo y colaborador del estudio.
Por medio de muestras se sangre, los autores se dieron cuenta de las diferencias genéticas que hay entre los pájarons pese a que se trate de la misma especie.
“Analizamos más de medio millón de genes repartidos por todo el genoma, y hemos encontrado unos cuantos que han cambiado claramamente en respuesta al medio urbano”, resume Isaksson.
Finalmente, Salmón señala que les resulto por demás soprendente que pese a lo “nueva” de las ciudades en términos evolutivos, éstas ya comiencen a dejar un impacto en especies como los carboneros.