Los seres vivos en general somos especialmente sensibles a los cambios del clima; sin embargo, existen algunos que cuentan con una amplia ventaja sobre nosotros los humanos, ya que poseen sentidos más desarrollados que les permite detectar con gran precisión variaciones de presión, viento y hasta humedad.
El grillo, el grajo, la rana, las vacas y los tiburones, son algunos de los animales más reconocidos que tienen estas increíbles cualidades para afrontar de mejor manera a los depredadores, el entorno natural y la supervivencia.
Por ejemplo, el grillo es considerado como un “termómetro andante”, pues su metabolismo es sumamente sensible a los cambios de temperatura; prueba de ello es que cuando se encuentran en un medio ambiente de calor elevado, aumentan de manera considerable la frecuencia de sus chirridos.
En el caso del grajo, un ave perteneciente a la familia de los córvidos, cuando vuela a baja altura es una clara señal de la llegada de masas de aire frío, ya que este tipo de ave suele buscar las corrientes de aire cálido que se encuentran a pocos metros del suelo, con lo cual también facilitan su vuelo.
Por su parte, las ranas son uno de los animales más sensibles a los cambios de presión atmosférica y por lo tanto, estos anfibios son capaces de predecir la llegada de lluvias o tormentas. Mientras que las vacas cambian su comportamiento cuando este tipo de fenómenos meteorológicos se avecinan.
Finalmente, los tiburones acostumbran nadar lejos de la superficie cuando se aproxima un fuerte aguacero, debido a que estos animales acuáticos detectan los cambios de presión hidrostática.