Aunque el dragón de Komodo (Varanus komodoensis) no es una especie recién descubierta, un nuevo hallazgo relacionado a su naturaleza acaba de salir a la luz.
Resulta que esta criatura, considerada como el lagarto viviente más grande, ha demostrado que su letalidad no sólo reside en su venenosa mordedura, sino que, además, los dientes que posee cuentan con un recubrimiento de hierro que los mantiene siempre afilados y en óptimas condiciones para desgarrar a sus presas.
Según el King´s College de Londres (Reino Unido), líder del estudio, este descubrimiento es el primero en su tipo, pues nunca antes se había visto esta característica en la dentadura de ningún otro animal.
Para llegar a este resultado, los científicos británicos observaron y analizaron detenidamente los bordes de los dientes de los dragones de Komodo. Tras tomar una serie de muestras, se percataron que dichos órganos se encuentran recubiertos por una capa de pigmento color anaranjado. Haciendo un acercamiento, vieron que el esmalte contenía hierro concentrado, el cual otorga más dureza y resistencia frente al desgaste natural.
“Nuestros hallazgos podrían ser de gran utilidad para dar lugar a nuevas técnicas dentales aplicables a los seres humanos, sobretodo aquellas enfocadas a la regeneración del esmalte”, sostuvieron los autores.