El pasado domingo 26 de septiembre, los habitantes de Bootle, en el condado de Merseyside, Inglaterra, alertaron sobre la presencia de un ciervo blanco que merodeaba por las calles. Según los reportes, el animal se encontraba corriendo sin causar grandes problemas, aunque sí preocupaba a los automovilistas que se lo topaban.
Al enterarse de la situación, personal de la organización Prevención de Crueldad hacia los Animales (RSPCA, por sus siglas en inglés) pidió a la policía local no hacerle nada al ejemplar, ya que encontrarse un ciervo de ese color no sucedía todos los días, además de que era cuestión de tiempo para que el animal regresara a su hábitat natural por su propia cuenta.
No obstante, uno de los elementos policiacos hizo caso omiso a las peticiones y decidió dispararle al raro ejemplar.
Según el jefe adjunto de la policía de Merseyside, Ian Critchley, no tuvieron otra opción. “Puedo decir categoricamente que se hicieron todos los esfuerzos posibles para salvar y reubicar al ciervo”.
En el comunicado que difundió el departamento de policía, se explica que la idea principal era sedar al animal, para después trasladarlo a un entorno más seguro; sin embargo, luego de tratar de tranquilizarlo por más de 10 horas, se tomó la decisión de matarlo, esto a pesar de que se trataba de un ejemplar muy raro de ver.
Been about today that ? pic.twitter.com/CilfxQgZtJ
— Sam Grant (@S_Grant1212) September 26, 2021
“Teníamos que asegurarnos de que el ciervo no representara ningún peligro para la seguridad pública”, agregaron.
Pero en contraste con las declaraciones del encargado de la policía local, diversos testimonios señalan que los oficiales no invirtieron mucho de su tiempo en controlar al ciervo.
“Habrá que entrenar a los oficiales para futuros avistamientos. Resulta cada vez más común ver a ciervos en entornos urbanos, ya que éstos siguen los caminos de los canales y las vías del tranvía…lo que no será común será ver a otro ciervo blanco por aquí”, señaló la RSPCA.