Especialistas de la Universidad de Massey, en Nueva Zelanda, confirmaron que los restos fósiles hallados por un grupo de niños en el 2006, efectivamente, pertenecen a una especie de pingüino gigante, cuya antigüedad se estima entre 27.3 y 34.6 millones de años.
El hallazgo registrado hace más de una década se dio cuando este grupo de niños, durante un campamento infantil, encontraron al mencionado fósil mientras realizaban una serie de actividades recreativas. Sin embargo, no fue hasta ahora que el equipo de expertos determinó que éste corresponde a una nueva especie de pingüino gigante.
Mediante una publicación en la revista científica Journal of Vertebrade Paleontology, los especialistas revelaron el descubrimiento del pingüino, que recibió el nombre de Kairuku waewaeroa.
Para ello, los científicos realizaron comparaciones con otros huesos fósiles, así como con especies modernas. Además, se confirmó su particularidad por medio del análisis de genomas, determinando que este animal tuvo su origen en una región situada entre Nueva Zelanda y Australia.
De igual manera, el artículo detalla que esta nueva especie tiene un parentesco con otros pingüinos como el Kairuku waitaki y el Kairuku grebneffi; la diferencia entre ellos radica, principalmente, en el largo de las patas, de ahí su nombre waewaeroa, que significa “patas largas”.