Los consumidores de chocolate, que especialmente durante la Pascua pueden encontrar una gran variedad de productos como los famosos huevitos, poco a poco están resintiendo el impacto del cambio climático sobre esta golosina. Y es que la combinación de sequías, lluvias, plagas y otros factores impulsados por esta crisis amenazan la producción del cacao a nivel mundial, minimizando las cosechas y elevando los precios.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en los últimos años el cambio climático ha intensificado los fenómenos meteorológicos, los cuales han hecho que algunas regiones sean menos aptas para el cultivo del cacao.
Para quienes no lo sepan, las plantas de cacao requieren un clima cálido y húmedo para crecer y dar frutos, condiciones que suelen darse en las zonas tropicales a lo largo del ecuador. Sin embargo, las altas temperaturas mayores a los 32 grados centígrados pueden reducir la calidad y la cantidad de las cosechas, así como a los trabajadores del sector, quienes deben realizar sus tareas durante jornadas cada vez más cálidas.
A la par del calor excesivo, las sequías, las precipitaciones e incluso las infecciones transmitidas por insectos están afectando a los árboles de cacao. Por ejemplo, la sequía se relaciona con una menor floración de las plantas de cacao al reducir la eficiencia de la fotosíntesis en los árboles; mientras que los patrones de lluvia irregulares pueden perjudicar la producción de este fruto esencial para la elaboración del chocolate.