En nuestro país existen más de 50 variedades de chiles, algunos más famosos que otros, como el jalapeño y el habanero, pero todos le aportan identidad y gran sabor a nuestros platillos. Conócelos frescos o secos, y dale un toque picante a tus platillos.
Mismo chile, diferente nombre
¿Sabías que algunos chiles cambian de nombre, sabor y textura dependien¬do de si están frescos o secos? El chile poblano es uno de ellos. El poblano fresco es ideal para preparar rajas, chiles rellenos y en Nogada; cuando está seco, se le conoce como chile ancho y es utilizado para preparar el mole.
¿Hot dogs o caldo tlalpeño?
El chile jalapeño es el más popular gracias a su versatilidad. También es el más consumido no sólo en México, sino en el mundo entero. Los jalapeños frescos pueden ir en guacamole, pico de gallo o en vinagre acompañando a los nachos o hot dogs. Cuando está seco cambia de nombre y pasa a llamarse chipotle, cuyo característico sabor le da identidad a platillos como albóndigas, tinga o al famoso caldo tlalpeño.
Rico y saludable
Los chiles cambian de sabor y picor según estén frescos o secos. Además de contener vitaminas A, C y K, la mayoría de los chiles contienen capsaicina, un componente activo entre algunos medi¬camentos contra la artritis y el reumatismo.
El más temido
El chile habanero conserva su nombre fresco o seco. Debido a que necesita ser diluido muchas más veces para que la capsaicina resulte imper¬ceptible, es considerado como el más picante, ya que posee el grado más alto de picor en la escala Scoville. Pruébalo en la cochinita pibil o en ceviches de pescado y camarones.