De acuerdo con los resultados del Estudio sobre Demografía de los Negocios 2020 (EDN) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Estado de México presenta una mortandad de 21.27% de los negocios en su territorio, respecto de los registrados en el Censo Económico levantado en 2019, lo que refleja que, debido al impacto de la pandemia, uno de cada cinco negocios cerró sus puertas para no volver a abrirlas.
Cifra de gran impacto para la entidad, señaló Laura González Hernández, presidenta del Consejo Coordinador Empresarial Estado de México (CCEM), pues el cierre de esos negocios significó que 15.38% del personal ocupado se quedara sin actividad productiva, “impactando de forma negativa en los ingresos familiares. Ese resultado es muy duro para la entidad”, dijo.
Asimismo, los resultados de la Encuesta sobre el Impacto Generado por el COVID-19 en las Empresas 2020 reflejan que la disminución de ingresos fue el principal problema al que se enfrentaron las unidades económicas (79.2% de estas lo presentó), situación que llevó a que 23.1% de ellas cerrara de forma temporal o realizara paros técnicos.
Además, dijo, para poder continuar en operación, muchas empresas tuvieron que prescindir de algunos empleados y servicios, medida que les permitió permanecer activas y buscar incrementar su actividad para ofrecer mayores fuentes de empleo.
Por ello, González Hernández reiteró que la mayor política de apoyo que las empresas requieren está relacionada con tener fuentes de financiamiento disponibles en el corto plazo, así como incentivos y la ágil apertura de nuevas unidades económicas, ya que algunas buscan subsistir reinventándose y cambiando de giro.
El Inegi también reveló que ante la contingencia sanitaria por el COVID-19, las empresas ya adoptaron como permanentes nuevas medidas de trabajo como el home office, el cual se aplica en 44.8% de las grandes empresas, en 19% de las pequeñas y medianas (pymes) y en 11.2% de las microempresas.