El futuro de las libélulas está en juego. Entre las múltiples consecuencias devastadoras por la crisis climática mundial, el alza en las temperaturas está despojando a los machos de sus colores brillantes. Como si de un efecto dominó se tratara, sin sus características alas en tonalidades metálicas, las libélulas se harán menos atractivas para sus potenciales parejas sexuales, por lo que las poblaciones de estos insectos podrían disminuir de manera significativa en un futuro cercano.
Ante esa situación, las poblaciones de libélulas que habitan en Norteamérica serían las más afectadas por esta nueva configuración climática. La pérdida en el color de sus alas cristalinas va en detrimento de su actividad sexual, clave para mantener el número de ejemplares en niveles aceptables para garantizar su existencia.
Aunado a ello, un estudio publicado en la revista científica PNAS asegura que, entre menos reproducción exista entre estos animales, la diversidad genética entre las especies de libélulas estará en grave riesgo.
Michael Moore, de la Universidad de Washington, descubrió junto con su equipo de científicos que entre más frío es el ambiente, mayor es la complejidad de los patrones en las alas. Esta condición les facilita a las libélulas macho conseguir hembras fértiles. En contraste, aquellas que habitan en climas más cálidos tienen las alas más opacas. De acuerdo con los expertos, lo anterior se debe, principalmente, por la interacción del material con el que éstas están hechas con la luz del sol.
“Como las alas más coloridas absorben más la luz solar, el tejido se daña. En los casos más extremos, los ejemplares menos resistentes pueden perder la vida a causa de un golpe de calor”, explica el también científico del centro Living Earth Collaborative.
A pesar de la situación tan crítica que se vive actualmente, Moore se muestra optimista y espera que, conforme las temperaturas cambien, las libélulas sean capaces de sobreponerse.
“Si se logran adaptar a las modificaciones en el medio ambiente, es más probable que las poblaciones de libélulas puedan reestablecerse y recuperar la coloración habitual en sus alas. En contraste, aunque las hembras también tienen color en sus alas, es mucho menos probable que lo pierdan a pesar de los constantes cambios en la temperatura”, finaliza.