Una nueva investigación basada en datos de aproximadamente mil 200 especies de aves concluyó que el color de su plumaje se vincula con su hábitat. De esta manera, aquellas que viven en la ciudad, con menos depredadores y zonas verdes, resultan más coloridas.
El presente estudio contó con la participación de expertos de la Universidad de Granada (España) y del Instituto Max Planck de Inteligencia Biológica (Alemania), quienes analizaron la relación entre el grado de urbanización y el color de las plumas de estos animales, que presentan colores más llamativos si habitan entre personas y edificios.
Según los autores, el paso de las aves de tonos marrones a coloridos responde a las modificaciones en la estructura del hábitat por la urbanización, ya que se adaptan a un espacio con menos zonas verdes y también un menor número de depredadores.
“La urbanización es un factor que impacta en el ecosistema, planteando retos tanto para plantas como para animales. De hecho, la sostenida expansión de las zonas urbanas a nivel global representa una de las principales causas del constante declive de la biodiversidad”, apuntó Juan Diego Ibáñez, investigador de la universidad española.
“Los tonos marrones son más comunes en la naturaleza, sobretodo en los bosques que, en cambio, suelen ser poco habituales en las ciudades al carecer, en gran medida, de estas zonas boscosas…Sospechamos que las aves marrones estarían en desventaja en una ciudad gris”, añadió.