Un nuevo estudio realizado por el Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos y la Estación Biológica de Coñana, ambos en España, revelaron que los sonidos que las crías de aves emiten para indicar que tienen hambre, también pueden reflejar su estado de salud.
De acuerdo con la investigación, bajo un escenario competitivo, los pollos se esfuerzan en demostrar que son más valiosos que el resto de sus hermanos, es decir, están más sanos, para atraer los recursos limitados que aportan sus padres. Sin embargo, los miembros de una misma familia también comparten genes y un destino común, por lo que igualmente deben cooperar.
Para llegar a estos resultados, el equipo de científicos, liderado por Tomás Redondo, diseñó un novedoso experimento, el cual toma en cuenta variables que afectan a las señales que emiten las crías, como su estado nutricional o sus propias características individuales.
Durante el ensayo, los involucrados vacunaron a pollos de estornino negro con una dosis que simulaba una infección sin consecuencias. En concreto, se les inyectó lipopolisacáridos, antígeno que provoca una respuesta inmune sin causar daño; de este modo, los progenitores no podrían recibir directamente el estado de salud de su bebé. Mientras que a otros ejemplares se les dio un placebo para poder comparar sus sonidos.
A continuación, Redondo y el resto de colegas se dedicó a observar el comportamiento de los polluelos dentro de un entorno controlado de privación de alimento.
Tras varias sesiones, se percataron que para un mismo grado de hambre, todos los individuos participantes pidieron de comer adoptando posturas menos estiradas y emitieron sonidos con menos intensidad y una mayor entropía, relacionada con la dispersión de la energía, que antes de recibirla.
“Aunque nuestro diseño experimental no permita conocer por qué un pollo enfermo pide alimento con menos intensidad y con unas llamadas características, la explicación más aprobada podría ser que la enfermedad los debilita y los hace incapaces de pedir con mucha intensidad, tal y como cuando nosotros nos sentimos sin ganas de hacer nada cuando tenemos fiebre”, precisó el especialista.