La cotorra serrana oriental (Rhynchopsitta terrisi) es un ave de bosques templados perteneciente a la familia de los loros del Nuevo Mundo y África (Psittacidae). Tiene un tamaño mediano, midiendo entre 40 y 45 centímetros de largo, y pesando en promedio 460 gramos. Se distingue por su plumaje verde oscuro, plumas rojizas en los hombros de sus alas, ojos color ámbar y distintivas tonalidades marrones en ceja y frente.
Al igual que el resto de los cotorros endémicos de México, esta especie forma parte de la NOM-059-SEMARNAT-2010, norma que agrupa y clasifica a todas las especies en riesgo de nuestro país, donde lamentablemente la categorizan como en peligro de extinción, debido a la pérdida de su hábitat y lo restringida que es su zona de distribución.
Pese a lo anterior, la cotorra serrana oriental continúa siendo un caso bastante interesante de analizar, pues junto a su espécimen hermana, la cotorra serrana occidental, representan los únicos psitácidos que habitan en bosque de pinos y se alimentan de los piñones. En cambio, el resto de loros y cotorros de Nuevo Mundo son de regiones tropicales y se alimentan de una gran variedad de frutos y semillas de estas zonas, convirtiéndolas en dispersoras de semillas muy importantes de este tipo de vegetación, pues las distribuyen sobre todos los lugares a los que vuelan una vez que las excretan.
Aunado a ello, estas aves mejoran la calidad de vida de los sitios en los que viven, y de hecho se les apoda como “las creadoras de bosques”, gracias a que son indicadoras de la salud de este tipo de ecosistema.
Por si lo anterior no fuera suficiente, a diferencia de la mayoría de psitácidos que anidan en árboles, incluida a su especie hermana, la cotorra serrana oriental presenta la gran peculiaridad de anidar en cavidades de riscos de las montañas a grandes alturas del suelo, lo cual, afortunadamente, dificulta el saqueo de nidos por parte de depredadores o el mismo ser humano.