En 2018, el mundo recibía la triste noticia de que el guacamayo azul (Anodorhynchus hyacinthinus) se declaraba como extinto de su hábitat junto a otras ocho especies.
Diversos factores como el tráfico de animales exóticos y el poco o nulo esfuerzo por conservar a éste y otros animales habían llevado al límite a miles de especies en Sudamérica sufriendo las consecuencias de los irresponsables actos humanos.
Pero esta semana se dio a conocer el nacimiento de un ejemplar de guacamayo azul en Paraguay, situación que otorga una nueva esperanza para recuperar a esta maravillosa ave.
Es importante mencionar que desde que se declaró extinta a la especie, la Asociación de Ornitófilos y Afines de Paraguay ha dedicado gran parte de sus esfuerzos en recuperarla. Y gracias a un arduo trabajo en conjunto, al fin se logró reproducir en cautiverio a la ave con el propósito de crear un banco genético.
El objetivo a futuro es repoblar los bosques de Paraguay con ejemplares de guacamayo azul. Pero teniendo un largo camino por delante, la Asociación estima que les tomará alrededor de 10 años para que este proyecto se convierta en toda una realidad.
“El nacimiento de este ejemplar representa un paso gigantesco para salvar a la especie. El bebé guacamayo se encuentra en perfecto estado de salud”, explicó Gustavo Espínola, responsable de la organización.
Un guacamayo azul promedio puede alcanzar un tamaño de hasta 70 cm de longitud con una envergadura de 120 a 140 cm, y un peso de 1,5 a 1.7 kg. Su pico es el más fuerte de todas las aves, por lo que resulta fundamental para alimentarse con nueces y semillas duras. Además, éste les permite romper nueces de coco, madera y otras materias vegetales.