Una investigación que duró aproximadamente 14 años reveló que los orangutanes duermen siestas diurnas para recuperar las horas de sueño perdidas por la noche, y así restablecerse tanto fisiológica como cognitivamente.
Publicado en la revista Current Biology, el presente estudio también expuso que cuando menor es el sueño nocturno de estos primates, mayor es la siesta.
“Moverse por las copas de los árboles; buscar comida; resolver problemas; y gestionar las relaciones sociales, son tareas agotadoras que exigen un gran esfuerzo cognitivo y un descanso reparador. De modo que, cuando un orangután no duerme lo suficiente, hace lo que haría cualquier humano: tumbarse en un lugar cómodo y echarse una buena siesta”, afirmó Alison Ashbury, coautora del trabajo.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo del Max Planck Institute of Animal Behavior (Alemania) y la Universitas Nasional (Indonesia) recopiló datos de 53 orangutanes adultos que habitan en la estación de monitoreo de Suaq Balimbing, en la selva tropical de Sumatra.
Tras analizar un total de 455 días y noches de sueño, los investigadores se percataron que en el 41% de los días observados, los animales durmieron al menos una siesta diurna, con una duración promedio de 76 minutos. Asimismo, descubrieron que sus periodos de sueño duraban alrededor de casi 13 horas, los cuales podían verse reducidos por diversos factores, entre ellos dormir cerca de otros ejemplares; temperaturas nocturnas más frías; y desplazamientos diarios más largos.