El pasado 1 de agosto, el Gobierno de Turquía aprobó una nueva y polémica la ley, la cual propone la eliminación de perros callejeros capturados a los que no se les encuentre algún dueño en un plazo máximo de 30 días.
De acuerdo con las autoridades, esta legislación pretende controlar la población de ejemplares sin hogar y así reducir los posibles riesgos tanto para la salud pública como para la seguridad ciudadana.
Pese a la ola de protestas que esta decisión ha generado, tal parece que no todas son malas noticias, pues durante las últimas semanas desató una serie de adopciones internacionales.
Según explica la activista Nilgul Sayar, directora de un refugio ubicado cerca de Estambul, desde la aprobación de la ley han enviado entre 20 y 25 perros al extranjero. Sin embargo, este proceso no es para nada barato, ya que preparar a un animal doméstico para viajar a la Unión Europea puede costar, aproximadamente, mil euros y tardar de 3 a 4 meses.
Actualmente, los refugios turcos, con una capacidad para 100 mil especímenes, están desbordados y enfrentándose a retos significativos para encontrar hogares a largo plazo, sobretodo para aquellos individuos de gran tamaño, viejos o discapacitados.
Por fortuna, también se han dado casos de éxito como el de “Dalí” y “Deezi”, un par de caninos que hallaron un nuevo hogar en los Países Bajos, esto gracias al apoyo de ONG´s.
“Queríamos ayudar a estos perros y encontrar familias que los quisieran en el extranjero”, declaró Ali Okay, voluntario que llevó a las mascotas desde Turquía hasta Países Bajos.