A menudo, las patitas de los perros pueden adquirir un particular olor a fritura, el cual sorprende e incluso inquieta a los dueños.
Durante sus actividades diarias, como paseos, juegos o simplemente mantenerse en pie, las almohadillas de estos animales entran en contacto con diferentes superficies, situación que puede llevar a la acumulación de suciedad y humedad. Pero, ¿este singular aroma es un indicador de buena o mala salud?
Según explica el Dr. Jerry Klein, del American Kennel Club, el olor a fritura proviene, principalmente, de las bacterias y hongos que prosperan en la microbiota de la piel de los caninos. Estos microorganismos descomponen los aceites y otros compuestos produciendo un aroma distintivo. Además, el contacto con el suelo y el sudor de las glándulas sudoríparas contribuyen a su formación.
“Cuando las patas de nuestros perros tienen unas bacterias llamadas Pseudomonas y Proteus, pueden llegar a emitir cierto olor a levadura, bastante similar a las papas fritas”, indicó el especialista.
“En términos generales, el olor a `Chetos´ no necesariamente indica una enfermedad canina, pues resulta normal que sus patas huelan así, aunque algunas personas lo consideren desagradable”, aclaró.
Pese a lo anterior, Klein recomendó a los propietarios mantenerse atentos a cualquier cambio en la intensidad o el tipo de aroma, ya que un cambio drástico sí que podría señalar ciertos padecimientos, como infecciones o irritaciones.