El trauma psicológico derivado de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos puede generar un impacto a largo plazo en el cerebro y el funcionamiento cognitivo de las personas, especialmente en la forma en que ellas procesan las distracciones.
Al respecto, una nueva investigación por parte de la de la Universidad de California, Estados Unidos, señala que síntomas crónicos del trastorno de estrés postraumático (TEPT), ansiedad y depresión resultan muy frecuentes en comunidades afectadas por desastres naturales, incluso hasta seis meses después de lo ocurrido.
Para llegar a esta conclusión, los encargados del estudio tomaron como ejemplo un incendio de 2018, el cual destruyó la ciudad de Paradise.
Con base en el caso, evaluaron el funcionamiento cognitivo de los habitantes en una variedad de habilidades, incluida la atención; inhibición de la respuesta; la capacidad de no responder impulsivamente; memoria de trabajo; la capacidad de mantener la información en mente durante periodos cortos; y la capacidad de ignorar distracciones. Asimismo, se midió su función cerebral mientras realizaban tareas cognitivas, haciendo uso de grabaciones de ondas cerebrales obtenidas de electroencefalografía.
La investigación incluyó tres grupos de individuos: personas que estuvieron directamente expuestas al fuego, personas que estuvieron indirectamente expuestas y un grupo de control sin exposición. Cada uno emparejado por edad y género.
Tras los ensayos, el equipo de investigadores descubrió que ambos grupos de personas expuestas (directa e indirectamente) manejaron las distracciones con menos precisión que el grupo de control. También hallaron diferencias en los procesos cerebrales que subyacen las mencionadas diferencias cognitivas.
“Con el cambio climático provocando más desastres en la actualidad, es sumamente importante comprender sus impactos en la salud humana, incluida la salud mental. La forma en que nosotros los seres humanos experimentamos y lidiamos mentalmente con las catástrofes naturales prepara el escenario para nuestras vidas futuras”, precisan los autores.