Un estudio publicado por el Centro de Resiliencia Stockholm, de la Universidad de Estocolmo, reveló que en algunas zonas de la selva amazónica está cayendo menos lluvia que en años anteriores, y esto provocaría que, en un futuro, la selva sea incapaz de adaptarse a los cambios y termine por convertirse en una sabana.
El estudio fue posible gracias a modelos sobre el cambio climático, que les permitieron a los investigadores lograr una estimación de lo que podría sucederles a los bosques tropicales del mundo de continuar la tendencia de cambio climático y calentamiento global actuales.
De acuerdo con la siguiente imagen, la parte A muestra en color verde la distribución forestal mínima y la máxima en color beige con el clima actual; en la parte B se muestran en verde la distribución forestal mínima y en beige la máxima, tomando en cuenta el clima hacia finales del siglo XXI (2071 a 2100). Por último, en la parte C se muestran los cambios en el potencial forestal entre los climas recientes y los proyectados hacia finales del siglo XXI; las áreas rojas representan bosques estables con el clima actual y las azules áreas demasiado secas para los bosques con el clima reciente.
Los investigadores descubrieron que, a medida que aumentan las emisiones contaminantes a nivel mundial, aumentarán las zonas de la Amazonia que perderán su capacidad de recuperación natural; es decir, se volverán vulnerables y tendrán altas probabilidades de secarse.