A 62 años de que la primera central nuclear comercial entrara en funcionamiento, este fin de semana Alemania desconectó sus tres últimos reactores nucleares, poniéndole punto final a este tipo de energía.
Ahora, la primera economía europea se encuentra lista para abrir un nuevo capítulo energético, en el cual enfrentará el desafío de prescindir de las energías fósiles al tiempo que gestiona la crisis de gas provocada por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
“Durante la medianoche, las centrales de Neckarwestheim, Isar 2 y Emsland fueron desconectadas de la red eléctrica”, anunció la ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke.
“Los riesgos vinculados a la energía nuclear son, definitivamente, no manejables. El abandono de la energía nuclear hará que Alemania sea más segura”, precisó.
Cabe recordar que estas centrales nucleares debieron ser apagadas a finales del año pasado, esto como parte de una iniciativa de la ex canciller alemana Angela Merkel tras la catástrofe de los reactores de Fukushima, en Japón. No obstante, la ofensiva de Rusia contra Ucrania generó una crisis energética, misma que hizo que el actual canciller Olaf Scholz decidiera mantener todas las instalaciones en funcionamiento durante el invierno europeo.