Durante la reunión semanal de la Comisión Europea, Bélgica propuso prohibir la exportación de todos los residuos generados en la Unión Europea.
En concreto, Bruselas, la capital de aquel país, planteó que se prohíba todo vehículo que transporte desechos a las demás naciones que no forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), excepto si éstos demuestran que tienen la capacidad de darle un nuevo uso a este material.
Para garantizar que se cumpla el objetivo, la propuesta señala que la OCDE solicitará información a las autoridades del país en cuestión para saber cómo tratan los residuos. Además, las empresas europeas que los transporten deberán realizar una auditoría independiente sobre el tratamiento de los desechos en terceras naciones.
Con esta iniciativa, Bélgica cree que la industria del plástico será capaz de reciclar una mayor cantidad de residuos, gracias al impulso que supondrían estas nuevas políticas públicas a nivel nacional y europeo.
Durante el 2020, la Unión Europea exportó poco más de 33 millones de toneladas de residuos, importó 16 millones y además, transportó unos 70 millones, todo esto entre los países que la conforman.