Y es que un grupo de investigadores del Howard Hughes Medical Institute, en Estados Unidos, descubrió que las ratas pueden viajar por ciertos espacios, previamente explorados, sólo utilizando sus pensamientos.
Según las autoridades, esta polémica iniciativa resulta necesaria para proteger al resto de la vida salvaje de los llamados “brumbies”, cuya población actual alcanza los 19 mil ejemplares.
Desde que a principios de la década de 1980 su dueño se instaló con ella en Nom Pen, poco a poco la elefante fue vista como un símbolo local y nacional, donde su figura en los alrededores del templo Wat Phnom llegó a formar parte del paisaje urbano.
Otro ejemplo de animales rescatados son los cinco felinos de Black Jaguar, a más de un año han podido recuperar peso, su pelaje ha salido de nuevo y en el caso de los leones ya cuentan con melena.
Si bien en la naturaleza es común encontrar este tipo de mutaciones, en dicha especie ocurre muy rara vez, por lo que el reciente nacimiento representa todo un hito para el inmueble centroamericano.
Sin embargo, no existen registros de ataques y los análisis de excretas corroboran que se alimentan de fauna silvestre de la zona, principalmente de mamíferos pequeños como armadillos y coatíes.
De igual manera, la organización internacional aseguró que otro 45% de las extinciones se debe a factores ajenos, mientras que el porcentaje restante es producto de las especies invasoras exóticas combinadas con amenazas externas.
Y es que no es para menos, pues en la actualidad, el caballo Lipizzano se considera raro al sólo existir 400 ejemplares, según los registros oficiales.
Al respecto, los autores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Queen´s, Irlanda del Norte, atribuyen este crítico escenario a la destrucción de hábitats naturales para construir granjas, pueblos, ciudades y carreteras. Sin embargo, también señalan que el cambio climático representa un factor importante del declive de los animales, y prevén que su impacto sea cada vez peor a medida que el mundo siga calentándose.
Y es que estos animales son considerados como los “arquitectos” o “jardineros” del bosque, gracias a su capacidad de dispersar una gran cantidad de semillas provenientes de las plantas y frutas de las que se alimentan, permitiendo así que diferentes árboles y plantas crezcan sobre diferentes lugares.
