Así lo dio a conocer un reciente estudio publicado por la revista Nature, en el cual se destaca que, de manera conjunta, la superficie de basura del Océano Pacífico abarca 1.6 millones de kilómetros cuadrados
Mediante un comunicado, el organismo internacional detalló que su nuevo reporte fue elaborado a partir del conocimiento de más de un centenar de expertos de aproximadamente 30 países, quienes señalaron las diversas amenazas que hoy día afrontan los ecosistemas marinos.
El acuerdo, ya revisado y traducido a los seis idiomas oficiales de la ONU, permitirá establecer zonas marinas protegidas en aguas internacionales, algo que los ecologistas consideran fundamental para salvar estos cuerpos de agua.
Los científicos del programa Copernicus aseguraron que los océanos absorbieron alrededor del 90% del aumento de calor provocado por la actividad humana.
Durante su participación en la octava edición de este encuentro internacional para la conservación oceánica, la delegación estadounidense presentó un total de 77 compromisos, los cuales destinarán 6 mil millones de dólares a las diferentes áreas de acción que aborda el evento: cambio climático, áreas marinas protegidas, caladeros sostenibles, contaminación marina, economía azul sustentable y seguridad marítima.
Para llegar a esta conclusión, los autores, pertenecientes a los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI) y el Instituto del Golfo Norte (NGI), se dieron a la tarea de analizar la tendencia al calentamiento de esta cuenca oceánica durante los últimos 50 años.
Con esta conferencia intergubernamental, la ONU buscará garantizar la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en las áreas situadas fuera de las jurisdicciones nacionales.
Los resultados del estudio, publicado en la revista The ISME journal y elaborado por el Mediterranean Institute of Oceanography (MIO) de Francia, representan un gran cambio de paradigma, pues hasta hace poco se desconocía que estos microorganismos eran capaces de llevarse consigo cantidades de dióxido carbono (CO2) una vez que mueren y se hunden.
Un diamante, que bien pudo haber sido como cualquier otro, común y corriente, hoy en día es considerado la joya de la ciencia y no precisamente por su valor monetario.
De acuerdo con medios locales, los representantes de cada país, reunidos en Nueva York, Estados Unidos, decidieron que hace falta más tiempo para alcanzar este pacto internacional.
