Una reciente investigación internacional ha revelado que las bacterias marinas conocidas como diazótrofas pueden ser grandes aliadas en la lucha contra el cambio climático, pues además de convertir el gas nitrógeno (N2) en nutrientes, también pueden hundir el carbono al fondo de los océanos.
Los resultados del estudio, publicado en la revista The ISME journal y elaborado por el Mediterranean Institute of Oceanography (MIO) de Francia, representan un gran cambio de paradigma, pues hasta hace poco se desconocía que estos microorganismos eran capaces de llevarse consigo cantidades de dióxido carbono (CO2) una vez que mueren y se hunden.
“Este proceso se conoce como bomba biológica de carbono, el cual consiste en convertir el CO2 en materia orgánica durante la fotosíntesis. Cuando las diazótrofas mueren, éste se hunde con él, almacenando en el lecho marino aproximadamente el doble de carbono del que se encuentra actualmente en la atmósfera”, explicó el investigador Nicolas Pépé del MIO.
“Al mismo tiempo, los organismos ubicados en los niveles superiores de la red trófica marina usan esta misma materia orgánica para sobrevivir, permitiendo así el funcionamiento de todo el sistema oceánico”, añadió.
A partir de sus conclusiones, Pépé y sus colegas esperan que en el futuro cercano existan importantes implicaciones para la ciencia, ya que en la actualidad, los modelos biogeoquímicos globales, es decir, las herramientas que se utilizan para hacer predicciones sobre la evolución y los flujos de carbono en el planeta, no toman en cuenta la contribución directa de las diazótrofas en este proceso.