Con la próxima llegada del invierno, Venecia comenzará a inundarse; y no, no es sorpresa. Por el contrario, este fenómeno ha acompañado a la ciudad durante siglos, sobretodo a la Plaza de San Marcos, la cual se tapiza de agua marina.
Sin embargo, la intensidad de dichas inundaciones va en aumento, a tal punto que, cada año, las autoridades locales instalan pasarelas peatonales a lo largo de la urbe y los puentes, que se construyeron en el Renacimiento, fueron forzados a adaptar su vialidad.
Por estos y otros motivos, el gobierno italiano es claro: de no revertirse la tendencia, el clásico puerto podría desaparecer bajo el agua.
“A este fenómeno se le ha conocido, históricamente, como Alta acqua (`marea alta´, por su traducción al español). Es una situación completamente cotidiana para los residentes, pero surrealista para los visitantes”, señalan las autoridades venecianas.
El fenómeno, explican, se produce cuando se juntan tres factores: la marea astronómica, el viento de siroco y la presión. No obstante, en los últimos años, esta situación ha tomado por sorpresa a los habitantes de la ciudad.
Y es que a causa del cambio climático, Venecia ha registrado alzas en las inundaciones por el Alta acqua (las más altas en los últimos 50 años). Ahora, con la cercana llegada del invierno, mientras el viento marino azota el lugar, tanto turistas como residentes buscan refugio en los hoteles y tiendas.
Por si esto no fuera suficiente, la teoría de que la ciudad podría quedar completamente sepultada bajo el agua marina para 2100 toma cada vez más fuerza. Todo dependerá, precisan las autoridades, de las variaciones que existan próximamente en el nivel del mar Adrático.
“Las proyecciones de los movimientos verticales de la Tierra, inducidos por el ser humano, aún no están disponibles. Pero la evidencia histórica nos demuestra que hay potencial para producir una contribución significativa al aumento relativo del nivel del mar en Venecia, lo que a su vez exacerba el peligro que representan aquellos cambios en el nivel del mar producidos por el clima”, concluyen.