Tras dos décadas de observaciones sobre Neptuno, los científicos han descubierto que el planeta más distante del Sistema Solar está sufriendo un "enfriamiento inesperado", a pesar de encontrarse en medio de su verano astronómico.
Neptuno orbita 30 veces más lejos del Sol que la Tierra, donde un año dura 165 años terrestres y sus estaciones son de 40 años terrestres cada uno.
De acuerdo con el estudio, publicado en Planetary Science Journal, los astrónomos detectaron una caída en picado de sus temperaturas globales a medida que el planeta avanzaba a su verano durante los últimos 20 años.
El cambio, de aproximadamente 8 grados Celsius, fue "inesperado", de acuerdo con Michael Roman, investigador asociado postdoctoral en la Universidad de Leicester y autor principal del nuevo artículo, sorprendiéndose de que las temperaturas bajaran en lugar de volverse más cálidas cómo se esperaba.
Para poder obtener esta información, el equipo analizó las observaciones en la parte infrarroja portadora de calor del espectro de luz entre 2003 y 2018, usando telescopios como el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, así como los telescopios Keck y Subaru en Hawái, además del telescopio espacial Spitzer de la NASA.
Además del cambio en su temperatura, hay otras variaciones
Los científicos también señalaron que el enfriamiento documentado no fue uniforme, ya que tras hacer mediciones en la segunda capa más baja de la atmósfera del planeta, la estratósfera, se reveló que sí existía un calentamiento en el polo sur de Neptuno.
Estas observaciones solo se habían registrado durante dos años, entre 2018 y 2020, revelando un aumento en la temperatura de la zona de 11 grados Celsius, algo nunca antes visto en el planeta.
Por lo pronto los científicos no saben que está generando las fluctuaciones en la temperatura de Neptuno, pues solamente se tienen registros de las últimas décadas, y hay poca información sobre la forma en que funcionan exactamente sus estaciones.
Se podrá aclarar esta variación con la llegada del James Webb
A pesar de no tener clara todavía la causa, ya empiezan a manejar algunas hipótesis sobre las fluctuaciones de temperaturas. Una de estas sería la relación directa del planeta con el ciclo de 11 años de actividad del Sol y las variaciones en su actividad.
Este vínculo ya abordado en otros estudios que también sugerían una relación entre la cantidad de manchas del astro y el brillo de Neptuno, aunque también podría estar relacionados a cambios en la química atmosférica o en patrones climáticos.
Se espera que tras el inicio de operaciones del telescopio espacial James Webb, se puedan obtener nuevos datos en la comprensión de Neptuno y Urano gracias a la gran sensibilidad de su instrumento de infrarrojo medio (MIRI), que ayudará a identificar mejor la naturaleza de estos cambios.
Fuente: Xataka México