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Publicado en CURIOSIDADES

¿Cómo surgió el mito de la existencia del unicornio?

Jueves, 14 Abril 2022 00:01 Escrito por 

Además de su elegante color blanco y belleza natural, el rasgo más distintivo del unicornio es su cuerno en la cabeza. A lo largo de la historia, diversas civilizaciones han descrito criaturas similares. Pero ¿cómo surgió el mito del unicornio y por qué tiene tanta presencia?

Las primeras imágenes que hacen referencia al mito del unicornio son sellos fabricados en la civilización del Valle del Indo (entre el 3.300 a.C. y el 1.300 a.C.) en el sur de Asia. Aunque según el Museo de St Neot de Inglaterra, es muy probable que sean representaciones de uros (Bos primigenius), un buey salvaje actualmente extinto.

Por otro lado, según el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, las primeras descripciones de un unicornio asiático se remontan al año 2700 a.C. La criatura en cuestión parece ser una extraña combinación: el cuerpo de un ciervo, la cola de un buey, una piel multicolor o escamosa como la de un dragón, y un cuerno cubierto de carne.

Llama la atención que la descripción de esta criatura es la de un ser que vive de manera solitaria y a la cual se le ve pocas veces, tal y como lo relatan las leyendas de origen europeo.

De dónde viene la idea de un caballo con un cuerno en la cabeza

Esta idea viene de un probable error de traducción: los expertos que se dedicaban a traducir la Biblia del hebreo al griego, en el siglo III a.C., tomaron la palabra hebrea “re’em”, probablemente el nombre de los uros, para transformarla en la palabra griega “monokeros”, que significaba “un cuerno” y que se había utilizado para referirse a los rinocerontes.

Con el paso de los años, este término se convirtió en “unicornus” en las traducciones latinas de la Biblia griega y en “unicornio” en las versiones inglesas del latín, según lo dicho por Merriam-Webster. Así es como el unicornio se convirtió en un animal bíblico asociado a Jesucristo y a la pureza.

La estafa de los cuernos de unicornios en la Edad Media

Siempre viendo la mejor manera de hacer negocios, los marineros y comerciantes de la Edad se encargaron de introducir en Europa los colmillos de narval (Monodon monoceros). Estos objetos los vendían como cuernos de “unicornio”. En gran medida el engaño fue un éxito, ya que en Europa no se conocían los narvales.

En realidad, los narvales son ballenas dentadas del Ártico. Los machos tienen un diente saliente de 2 a 3 metros de largo que se asemeja a un cuerno. Los marineros cazaban a los narvales en las playas de Groenlandia. Con el tiempo, los supuestos cuernos de unicornio se convirtieron en objetos codiciados por príncipes y Papas.

Para el siglo XII, la creencia de que los colmillos de narval eran cuernos de unicornio estaba muy expandida. Se veían como maravillas de la naturaleza y se guardaban como tesoros de las iglesias. También se usaban para hacer candelabros.

Esto explica por qué hay mucho arte medieval donde los unicornios tienen una gran presencia. Se les puede ver en bestiarios y enciclopedias como criaturas blancas, de belleza incuestionable y con una apariencia de pureza.

Sin embargo, cuando el famoso mercader Marco Polo viajó por Asia, creyó descubrir unicornios, a los que se refirió de una manera despectiva:

“Se deleitan en vivir en el fango y en el barro. Es una bestia horrenda a la vista, y no se parece en nada a lo que pensamos y decimos en nuestros países”.

En realidad, lo que Marco Polo vio eran rinocerontes.