Las pirámides son unas de las construcciones más misteriosas para los seres humanos de la actualidad; enfrentar sus enigmas es requisito fundamental para conocer a quienes le precedieron en el tiempo.
Desde Egipto hasta México, son muchas las culturas de la antigüedad que, sin haber tenido relación alguna entre ellas, edificaron esta clase de portentos arquitectónicos. Existen decenas de hipótesis en torno a su construcción, sin embargo, lo único que se sabe a ciencia cierta es que no todas fueron edificadas de la misma manera y tampoco por los mismos motivos.
La pirámide más recóndita
Se encuentra en Samoa, en la Polinesia. Esta pirámide fue construida con piedras de basalto y tiene una altura aproximada de 12 metros en el borde sur y siete en el norte. Las excavaciones (su cartografía comenzó en 1965) han revelado que probablemente se erigió en algún momento entre los años 1100 y 1400, y que fue abandonada, por motivos desconocidos, entre 1700 y 1800. El montículo fue levantado sobre una plataforma base hecha con rocas volcánicas.
Durante los años 70, los estudios realizados en ella por Jackmond registraron 3 000 elementos, entre los que se incluyen plataformas y vallas de piedra, caminos y hornos de tierra. El trabajo arqueológico fue realizado entre los años 2002-2004. El propósito de la excavación era comprender la cronología del montículo y el asentamiento circundante en relación con el origen y desarrollo de los cacicazgos polinesios y la estratificación en Samoa. Un nuevo mapeo láser ha permitido descubrir una enorme red de ruinas bajo la base, lo que indicaría la existencia de un asentamiento entero bajo tierra. Este sistema ha sido utilizado con frecuencia para el estudio de ruinas en lugares como Guatemala o Camboya.
Igualmente fascinantes son los llamados montículos estelares. Toda Samoa está salpicada de ellos. Mediante escaneo aéreo, se han descubierto recientemente más de 80 de estas formaciones, algunas ubicadas en terrenos de difícil acceso. La gran magnitud de la construcción de los montículos estelares sugiere que se trataban de estructuras muy importantes para las culturas que los usaron y que, en su mayoría, están construidas de tierra y piedra en varios tamaños y formas. Generalmente poseen la apariencia de estrellas con cinco u ocho brazos, motivo por el que se les bautizó así, pero como sucede con el Pulemelei, nadie se ha puesto de acuerdo en si estos montículos tenían gran importancia social y ritual o simplemente se utilizaban para el curioso deporte de cazar palomas.