Teotihuacán, “el lugar donde los hombres se convierten en dioses”, fue una de las ciudades más grandes de Mesoamérica, gracias a que ahí se construyeron importantes edificaciones durante su época de apogeo.
Entre los monumentos más emblemáticos de esta ciudad, clasificada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO (1987), figuran la Calzada de los Muertos; la Ciudadela con el Templo de la Serpiente Emplumada; y las Pirámides del Sol y la Luna.
Por mucho tiempo, diferentes estudios tenían la creencia de que la parte central de Teotihuacán estaba orientada a la Pirámide del Sol; sin embargo, una última investigación sugiere que la Pirámide de la Luna podría marcar el eje de orientación astronómico de todo el lugar.
Según los autores, pertenecientes a la Universidad del Tepeyac y la Escuela Nacional de Antropología e Historia, su hipótesis se basa en la alineación de los vértices de dicho asentamiento.
El grupo, coordinado por el investigador Ismael Montero García, constató que los vértices de la Pirámide de la Luna se alinean al noreste con el solsticio de verano, para el amanecer; y al suroeste, con el solsticio de invierno, para el ocaso. Asimismo, señaló que los habitantes utilizaron el paisaje para destacar el solsticio de verano.
“Desde lo más alto de la Pirámide de la Luna puede observarse cómo, durante el día más largo del año, el Sol se levanta sobre el volcán Xihuingo, mientras que en el ocaso se oculta al oeste detrás del cerro Maninal”, explica un comunicado emitido por ambas instituciones.
“Este nuevo modelo contradice anteriores que se centraban en la Pirámide del Sol, por lo que de ahora en adelante la Pirámide de la Luna debe ser considerada la edificación más importante de Teotihuacán”, afirma.