A inicios de esta semana, un grupo de arqueólogos descubrió un total de 27 féretros de madera en la antigua necrópolis de Saqqara, una ciudad sagrada del Antiguo Egipto.
Los sarcófagos fueron hallados apilados y cubiertos de jeroglíficos al interior de dos pozos funerarios, situación que no sorprendió en lo absoluto a los expertos, ya que Saqqara fue un cementerio durante más de 3 000 años.
“Los estudios iniciales indican que estos ataúdes están completamente cerrados y no se han abierto desde que fueron enterrados”, explicó el Ministerio de Antigüedades de Egipto mediante un comunicado.
Además de los sarcófagos, los arqueólogos también descubrieron otros artefactos en torno a estos, mismos que parecían estar bien elaborados y decorados.
Por el momento, los trabajos de excavación y arqueología siguen en marcha, con la esperanza de que los expertos obtengan más detalles acerca del origen de los sarcófagos.
Saqqara se ubica a unos 30 kilómetros de El Cairo y está catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).