Las personas con parálisis por lesión de la médula espinal cervical o esclerosis lateral amiotrófica pueden participar en el estudio, pero no reveló cuántos participantes se incluirían en el ensayo, que tardará unos seis años en completarse.
Las herramientas ya habían sido anunciadas desde noviembre por el mismo Musk, como parte de su proyecto de Twitter 2.0. Además, había señalado que tanto las llamadas como videollamadas estarían encriptadas con el fin de brindarles a los usuarios la privacidad que necesitan.
Así lo reportaron personas en redes sociales, quienes explicaron que al momento de acceder a dicho servicio recibieron un mensaje que les requería pagar 84 dólares al año (alrededor de $1,500, de acuerdo con el tipo de cambio actual) en caso de adquirir la verificación, en forma de marca azul.
Musk había comentado antes el domingo que estaba entrenando para la pelea levantando pesas: “No tengo tiempo para hacer ejercicio, así que me las traigo al trabajo”, escribió Musk.
Recordar que desde su creación en 2007, la plataforma para compartir frases y noticias de todo tipo había sido representada por el ave; sin embargo, desde la llegada de Elon Musk, ésta sufrió una infinidad de polémicos cambios, principalmente aquel que reemplazó el nombre y emblema de la empresa a X.
El departamento de construcción de la ciudad registró 24 quejas después de un fin de semana de la gran X, que el viernes se colocó en el tejado de la sede de la empresa en el centro de San Francisco, en Market Street, para disgusto de los vecinos que se quejaban de las luces intrusivas.
La nueva plataforma que imagina Elon Musk incluye comunicación, multimedia y “la capacidad de conducir todo su mundo financiero”.
El más reciente de ellos, y quizá uno de los más significativos, es que el excéntrico millonario pretende darle otra identidad a la red social, diciéndole adiós al emblemático pajarito y su característico color azul.
Encabezados por Courtney McMillan, una antigua responsable del área de recursos humanos de la empresa, los empleados despedidos presentaron la acción en un tribunal de San Francisco (California).
Los primeros pasos hacia este objetivo aparecieron poco después de que el empresario firmara una carta para detener la creación de nuevos modelos de inteligencia artificial (IA), así como adquirir una gran cantidad de tarjetas gráficas especializadas para el entrenamiento de esta tecnología.
