Un ramo de rosas rojas y la música de Nina Hagen marcaron la despedida brindada por el ejército alemán a la canciller Angela Merkel, quien en una semana dejará su cargo y que optó por un adiós musical tan poco convencional como ha sido su estilo de liderazgo.
El desfile nocturno de soldados portando antorchas, el "Zapfenstreich" o "Toque de retreta", plasmó en el patio del Ministerio de Defensa el "fin de la era Merkel". Sus 16 años en el poder terminarán el próximo miércoles, con la investidura del socialdemócrata Olaf Scholz, el vicecanciller de su última gran coalición.
"Quiero agradecer a cuantos han afrontado con todas sus fuerzas la pandemia", afirmó, en dirección a personal sanitario y soldados. Criticó a continuación, en el que seguramente será su último discurso como canciller, "a quienes niegan la evidencia científica y propagan el odio".
Sentada junto a la ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, la líder escuchó con sonrisas de complicidad "Du hast den Farbfilm vergessen" -"Olvidaste la película en color"-, de Nina Hagen. La exreina del punk estrenó en 1974 esa canción, cuya letra recriminaba a un novio -Micha- que sólo le hizo fotos en blanco y negro porque olvidó el carrete en color.
Hagen era entonces, como Merkel, ciudadana de la República Democrática Alemana (RDA). Dos años después, tras pasar al lado occidental, la cantante le dio a su pieza y a su vida un giro punk.
Queda la duda de si Merkel, como otros germano-orientales, escuchaba ya ese éxito de Hagen desde el otro lado del Muro. "Du hast den Farbfilm vergessen" fue "un éxito de mi juventud", "procedente también de la RDA", se limitó a explicar la canciller, en una anterior comparecencia ante los medios.
La siguiente pieza fue “Für mich soll’s rote Rose regnen” -"Por mí lloverán rosas rojas"-. Una balada de la gran dama de la canción alemana Hildegard Knef, mujer de voz profunda que, como actriz, causó en 1951 escándalo con un fugaz desnudo en un film alemán -"Die Sünderin", "La pecadora"-.
Completó su selección el canto religioso del siglo XVIII, “Grosse Gott, wir loben dich” -"Señor, te alabamos"-, presumiblemente alusivo a su pasado como hija del pastor protestante Horst Kasner.