el equipo, liderado por la Universidad de Cambridge (Reino Unido), explicó que para lograr este suceso recurrió a la “tecnología lidar”
El director de la dependencia, Diego Prieto, detalló que la pieza en cuestión mide poco más de 11 metros cuadrados y fue esculpida enteramente de piedra.
De acuerdo con la dependencia, esta zona arqueológica, ubicada a poco más de 50 kilómetros de Campeche, recibe su nombre del linaje de origen chonal Itzá, ya que los pobladores de otros asentamientos se referían a los habitantes de esta ciudad como Itzáez.
En la década de los años 90, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) comenzó una exploración más a fondo y profesional de esta zona, donde los turistas no tenían acceso. Sin embargo, a partir del próximo 2 de septiembre sus puertas estarán abiertas al público en general.
Este lugar, que hasta hace unas horas había pasado desapercibido debido a que se ubica en lo profundo de la selva, ha generado diversas preguntas a los investigadores sobre el uso de ciertos espacios y conjuntos arquitectónicos hallados dentro de él.
Recientemente, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó el hallazgo de una pieza bastante particular. Se trata de una representación de K´awiil, deidad asociada con fenómenos naturales como el sol y los relámpagos.
A través de un comunicado, la dependencia informó que el presente hallazgo permitiría considerar que esta construcción estuvo vinculada con la muerte o a una deidad del inframundo maya. Lo anterior debido a señales de decapitación descubiertas en algunos de los cráneos.
Un aluxe es un ser pequeño con características humanas e infantiles que habita selvas, grutas y cenotes localizados en algunos pueblos al sureste de México y el norte de Belice y Guatemala, lugares donde se asentó la civilización maya entre el año 1800 a.C. y 1697.
La presente muestra está conformada por tres núcleos, también llamados rutas, los cuales resaltan los hallazgos encontrados durante los trabajos de construcción del proyecto de movilidad
Gracias a una innovadora tecnología láser, los responsables del hallazgo mapearon un total de 964 antiguos asentamientos en 417 ciudades dentro de la selva de Petén, que cubre el norte del país centroamericano y parte de Campeche.
