Recientemente, un grupo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron 20 entierros humanos que corresponden a dos contextos funerarios distintos: uno del periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.) y otro del Preclásico Tardío (300 a.C.-250 d.C.), ambos consagrados a un templo-pirámide de la Zona Arqueológica de Moral-Reforma, localizada en Balancán, Tabasco.
A través de un comunicado, la dependencia informó que el presente hallazgo permitiría considerar que esta construcción estuvo vinculada con la muerte o a una deidad del inframundo maya. Lo anterior debido a señales de decapitación descubiertas en algunos de los cráneos.
Por su parte, Francisco Apolinar Cuevas, investigador del Centro INAH Tabasco, explicó que los conjuntos óseos recuperados son, en su mayoría, de adultos jóvenes masculinos y presentan una deformación tubular oblicua, rasgo físico que en aquella época se obtenía de manera intencional mediante el entabillado de la cabeza a temprana edad, con el propósito de elevar el estatus de los individuos dentro de la sociedad maya precolombina.
Asimismo, el experto detalló que los restos del grupo del Clásico Tardío aparecieron entre los 35 y 37 centímetros de profundidad respecto a la superficie. Mientras que los entierros del Preclásico Tardío fueron detectados entre 60 y 87 centímetros bajo tierra.
“Con este descubrimiento concluimos la temporada de investigación en Moral-Reforma, concentrada en la plaza oriente del sitio. Ahora, continuaremos con los análisis de los materiales arqueológicos, incluidos los restos óseos recuperados, por lo cual, toda la información hasta hoy presentada aún es preliminar”, concluyó Cuevas.